Persuadir es un arma secreta, pero no lo es todo.
Imagina qué hubiera pasado si todos los superhéroes utilizaran su arma secreta siempre, quizá ya no sería un elemento sorpresa. De igual forma, la persuasión no lo es todo. Cada vez es más difícil persuadir a una audiencia, no porque no se pueda hacer sino porque esperan más de nosotros.
Las personas están cansadas de escuchar un discurso de ventas. Por ello, buscan informarse, conocer las tendencias de un tema e incluso escuchar los casos de éxito de alguien. Recordemos que, persuadir es “inducir, mover, obligar a alguien con razones a creer o hacer algo”. Y aunque suene tentador, no es bueno hacerlo siempre. Si constantemente inducimos, movemos u obligamos a alguien a realizar alguna acción es posible que perciba esa relación antes que le hablemos de algo. Pensemos en aquella persona que desea tener la razón en todo, muchas veces suele llegar dar un aspecto negativo de sí mismo y muchas veces no deseamos tener contacto con ellos.
La persuasión es un arma secreta, y muchas veces letal. Sin embargo, no podemos utilizarla siempre. Por esa razón, es bueno comunicarse de una manera excepcional con diferentes objetivos.